Todos apoyan la Asignación Universal por Hijo

El Estado tiene entre sus roles principales la garantía de derechos, y para ello desarrolla políticas de inclusión. La Asignación Universal por Hijo es una de las políticas más representativas de este gobierno tendiente a otorgar beneficios y derechos a los hijos de padres desocupados. La AUH es una política de distribución de la riqueza más significativa de este gobierno, la cual debe mantenerse a futuro. Este año, el Senado de la Nación aprobó que las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo se actualicen de acuerdo al mismo cálculo del índice de movilidad que se utiliza para las jubilaciones, acorde a la Ley de Movilidad Jubilatoria (26.417), un logro sustancial para los beneficiarios. Uno de los puntos representativos de la AUH es que para que los padres puedan acceder a esta percepción, los mismos deben presentar la acreditación de los estudios del niño así como también los controles de salud. De esta forma, puede advertirse que esta acción política impactó directamente en la inserción de los niños en el sistema educativo y en la obligatoriedad de los controles médicos mensuales. 

En el momento en que se trató la AUH y la Asignación para la Mujer Embarazada en el Senado firmé, junto con el bloque de la UCR, un dictamen en minoría en el que se reconoce que es un derecho que genera un piso de igualdad entre niños y adolescentes de nuestro país y los reconoce como sujetos y ciudadanos.

El Ingreso Universal a la Niñez, como fue presentado en su momento, es un derecho que implica una nueva relación de los chicos con el Estado, que les debe brindar herramientas para la inclusión, garantizando el acceso a la salud y a la educación.

Es necesario realizar algunas modificaciones al actual sistema de AUH:

1 - Que la AUH para protección social sea un derecho de todos los niños y adolescentes, independientemente de la condición laboral de sus padres.

2 - Que pueda ser actualizado de forma automática para que dejen de depender de decisiones políticas discrecionales

3- Eliminar el límite máximo de cinco asignaciones, que deja fuera del sistema al sexto hijo y las incompatibilidades de las asignaciones con otras prestaciones no contributivas.

Estoy totalmente de acuerdo con la AUH, porque es una decisión política de estricta justicia y equidad. La mayoría del los países avanzados del mundo destinan presupuesto para garantizar salud y educación a la niñez desde la responsabilidad familiar como primera barrera de protección al niño. Creo que nadie puede estar en desacuerdo de que se implemente al AUH. Lo que sí considero necesario es que esta asignación sea sostenida en el tiempo y que se aplique mediante una ley. Yo propondría además que se legalice y se amplíe  universalmente, con un coeficiente de actualización semestral o anual, según la inflación que tengamos en el país. La AUH no es un plan social, es un derecho que tiene el niño y una obligación del estado de garantizarla. Sergio Massa propone un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas, para que, sea quien sea el futuro presidente, se comprometa con la consolidación de este derecho que tiene la niñez y la familia y que debe permanecer abstraído de cualquier coyuntura política o ideológica que eventualmente pueda gobernar el país y atentar contra ella. 

Estamos en las antípodas de la política derechista que plantea eliminar este beneficio social, que en muchos casos constituye la única fuente de ingresos de una familia. Planteamos la necesidad de sostener y aumentar la AUH como medida paliativa.

Tampoco nos creemos el discurso del oficialismo, que plantea que la AUH es una forma de redistribuir las riquezas. Lo cierto es que en nuestro país, lo que se destina a salarios, a AUH y otros beneficios sociales, o a las jubilaciones son siempre sumas insignificantes en comparación con lo que se destina en subsidios a los grandes empresarios. Por sólo dar un ejemplo: con los $8.500 millones que se le pagó a una empresa que saqueó los recursos petrolíferos como Repsol, se podría haber triplicado el monto de la AUH.

La supuesta redistribución de riquezas del Gobierno consiste en mantener este esquema donde gran parte de la torta se la reparten entre los grandes empresarios y sus funcionarios serviles, mientras que el resto tenemos que hacer malabares para llegar a fin de mes. Sobre la base del no pago de la deuda externa, planteamos el aumento de la AUH.

Las políticas de asistencia social por parte del estado son conquistas de la lucha de los trabajadores y los movimientos de desocupados, de los miles y miles a los que el neoliberalismo y la hiperdesocupación menemista dejaron en la calle o que actualmente trabajan en negro.

Desde el Frente de Izquierda defendemos esas conquistas, entendiendo que tanto la AUH como el conjunto de los beneficios sociales son paliativos, de emergencia que aunque no lleguen a cubrir ni un cuarto del costo de la canasta básica, son una ayuda vital para miles de familias.

Sin embargo, no podemos dejar de decir que luego de una década de crecimiento económico, los jóvenes seguimos atravesando niveles de precarización laboral y de desocupación similares a los que había en los 90, llegando al 18% en el caso de las mujeres de hasta 29 años.

Entonces resulta imperioso tomar medidas de fondo. No puede ser que durante años los empresarios se la lleven en pala, mientras a miles de amas de casa, trabajadores y jóvenes se nos empuje a depender de un beneficio social o en el mejor de los casos de un trabajo precario.

Tanto La Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo, el Plan Qunita, el Plan Progresar, la Universalización de las jubilaciones son políticas fuertemente redistributivas e inclusivas, tanto en los planos económicos, educativos y culturales cuya finalidad es reducir la pobreza, la desigualdad económica y erradicar definitivamente la indigencia.

Son políticas de Estado inéditas y revolucionarias, que por su alcance y las inversiones que representan no tienen precedente en el país ni en las demás regiones. Es uno de los pocos casos de política pública que congrega un alto nivel de consenso tanto del oficialismo como de la oposición.

De esta forma se asegura el acceso efectivo de todos los habitantes, (niños, adolescentes, adultos y jubilados) a la salud, a la educación, a una vida digna,  entendiendo que es el Estado, en su rol proteccionista, el que debe brindar un abanico de posibilidades a aquellas personas que carecen de un trabajo digno de condiciones básicas y que son merecedoras de las mismas oportunidades que el resto de los habitantes.

Los argentinos necesitamos un país en el que el Estado esté presente para acompañarnos cuando nos haga falta, por eso,  desde Cambiemos, desarrollaremos propuestas que nos permitan revertir las situaciones de pobreza, exclusión e inequidad que existen en Argentina.

Un país con 14 millones de pobres, como el que tenemos ahora, no puede estar orgulloso de si mismo. Vamos a construir un país orgulloso de su gente, donde todos puedan ser dueños de su futuro y se sientan parte de una sociedad que crece y se desarrolla. 

Los argentinos necesitamos un país en el que el Estado esté presente para acompañarnos cuando nos haga falta, por eso, desde Cambiemos, desarrollaremos propuestas que nos permitan revertir las situaciones de pobreza, exclusión e inequidad que existen en Argentina. 

Creo que la Asignación Universal por Hijo, es fundamental para asegurar un piso mínimo de ingresos a todas las familias con hijos. La AUH es un derecho de la niñez y no debe ser usada de forma discrecional.

En este sentido me parece muy importante universalizarla con una actualización automática de los montos,  y que no dependa de la situación laboral de los padres, sino también, que puedan acceder a ella, los hijos de los monotributistas y otros que hoy no la cobran. 

Es fundamental dar la fortaleza legal y establecer por ley, tanto la Asignación Universal por Hijo  como la asignación Universal por Embarazo, porque son millones los hogares argentinos cubiertos por estos beneficios que funcionan como un paliativo para luchar contra la pobreza. Pero de igual manera debemos cortar el sometimiento y la humillación a la que son sometidos los beneficiarios cuando estas asignaciones dependen del capricho del gobernante de turno. Por eso, desde el frente Renovador planteamos la necesidad de convertirlos en beneficios amparados por una ley y no por un decreto presidencial como es actualmente. Una norma que determine claramente cuales son los requisitos y las condiciones que se deben cumplir para el otorgamiento y manutención de dichas asignaciones.

Es mi compromiso personal que asumí públicamente de que, precisamente, mi primer proyecto como diputado nacional será, además de la eliminación del impuesto a las ganancias, el de asegurar por ley la Asignación Universal por hijo y por embarazo.